En Colombia, el sistema de salud está atravesando una de sus peores crisis en décadas. Un informe reciente de Así Vamos en Salud revela un panorama alarmante: las EPS acumulan pérdidas operativas que superan los 3.1 billones de pesos y un patrimonio neto negativo de -7.1 billones de pesos. Esto, sumado a una siniestralidad del 106.1%, pone en peligro la atención médica de millones de colombianos.
¿Qué significa esto para el sector salud? Simple: las EPS están gastando mucho más de lo que ingresan, los prestadores no están recibiendo pagos a tiempo, y los pacientes son los más afectados. Pero esta crisis no tiene que ser una sentencia definitiva. Con medidas concretas, aún podemos evitar el colapso.
1. Ajuste de la Unidad de Pago por Capitación (UPC)
El desfase en la UPC es uno de los factores clave detrás del desequilibrio financiero. Actualmente, los valores asignados no reflejan el aumento de los costos médicos ni la inflación, lo que genera un déficit estructural.
¿Qué hacer?
- Actualización realista: Es urgente ajustar la UPC de acuerdo con las necesidades reales del sistema y los cambios demográficos, como el envejecimiento de la población.
- Modelos segmentados: Implementar una metodología que considere características regionales y epidemiológicas permitirá asignar recursos de manera más eficiente.
Este ajuste garantizará que las EPS tengan los fondos necesarios para cubrir los servicios médicos sin sacrificar la calidad de atención.
2. Regulación estricta de gastos administrativos
El gasto administrativo desbordado también está drenando los recursos del sistema. Con una siniestralidad del 106.1%, es evidente que gran parte de los ingresos no se están destinando a la atención de los pacientes.
La solución:
- Topes administrativos claros: Limitar el porcentaje de ingresos que las EPS pueden destinar a sus operaciones internas. Esto garantizará que la mayor parte de los recursos se dirijan a la atención médica directa.
- Transparencia en el manejo de recursos: Obligar a las EPS a presentar informes trimestrales detallados y auditar periódicamente su desempeño financiero.
Este control más estricto evitará que se sigan desviando fondos vitales y permitirá recuperar la confianza en el sistema.
3. Impulso a la tecnología para la optimización del sistema
La tecnología es una herramienta clave para aliviar la presión sobre el sistema de salud y reducir costos operativos. Aunque Colombia ha dado algunos pasos hacia la digitalización, aún hay mucho por hacer.
Propuestas viables:
- Telemedicine: Ampliar su implementación para reducir la congestión en servicios presenciales y garantizar que los pacientes en regiones apartadas tengan acceso a consultas oportunas.
- Gestión de datos con IA: Utilizar inteligencia artificial para analizar datos en tiempo real, optimizar el uso de recursos y anticipar tendencias en salud pública.
Estas tecnologías no solo agilizan procesos, sino que también mejoran la calidad de la atención y reducen los costos operativos en el largo plazo.
El Llamado Urgente
El sistema de salud colombiano no puede esperar más. Cada día que pasa sin tomar medidas concretas acerca más al sector al colapso, afectando directamente a millones de colombianos.
Como líderes del sector salud, la responsabilidad está en nuestras manos. Las soluciones están al alcance, pero es crucial actuar con decisión y rapidez. La implementación de ajustes en la UPC, la regulación de los gastos administrativos y el uso estratégico de la tecnología pueden marcar la diferencia entre una crisis temporal y un colapso definitivo.
El momento de actuar es ahora. Transformemos esta crisis en una oportunidad para construir un sistema de salud sostenible, eficiente y equitativo. ¡El futuro del sector depende de nuestras decisiones hoy!